Observar el Miraestels es dedicar un rato a pensar y meditar con tranquilidad, elevando la vista desde el mar hacia el cielo, tal y como lo hace esta figura que nunca pierde del todo su posición vertical por muy bravas que estén las olas. Esta escultura es testigo mudo de los cambios que se suceden en Barcelona y, dada su ubicación en mitad del mar, tiene una estrecha relación con La Barceloneta.
Un barrio con mucha historia
Sus calles estrechas y cerradas nos hablan de un barrio marinero que ha sabido mantener su encanto a pesar de la evolución de la ciudad. Es un rincón en el que siempre ha pervivido un estilo de vida familiar y la idea de conservar las tradiciones marineras.
Los efectos de la sal en los edificios y el olor a mar son buena muestra de que estamos ante un auténtico balcón que mira hacia el Mediterráneo.
Nacido como un barrio de pescadores, en el siglo XIX comenzó su industrialización con empresas del sector de la metalurgia, el gas y la construcción naval. Ya a mediados del siglo XX el barrio volvió a dar otro giro y se convirtió, gracias al tranvía, en un balneario para los habitantes de Barcelona, un lugar para descansar y relajarse.
Barceloneta en los años 90
Los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 impulsaron de forma notable el desarrollo de este barrio. Se arreglaron tanto el paseo marítimo como el puerto, se construyó la Villa Olímpica, y junto a ella múltiples espacios de ocio y restauración, haciendo que los restaurantes de la Barceloneta alcanzaran gran popularidad, como Segons Mercat o La Cova Fumada.
Los imprescindibles de la Barceloneta en la actualidad
El barrio ha seguido cambiando y evolucionando. A día de hoy incluso se pueden conocer sus playas más destacadas sin salir de casa gracias a la webcam de la Barceloneta.
La Barceloneta es uno de los barrios más atractivos para los turistas, tanto que el número de alquileres turísticos ha crecido de forma notable en los últimos años.
A la hora de visitar esta zona de la ciudad no puede faltar el Paseo Marítimo y el monumento de La estrella herida, Sant Miquel del Port, el Parque de la Barceloneta y el Bloque de los Pescadores.
La ruta que más siguen los turistas es el Paseo de Borbón hasta la playa para seguir por el paseo marítimo. Pero es buena idea salirse de este itinerario y conocer otras zonas menos masificadas y que todavía conservan su encanto de barrio familiar.
El presente de Barceloneta es un tanto complejo. Mientras que los turistas llegan por miles y en el puerto hay yates de lujo, en las zonas más empobrecidas del barrio los desahucios son la realidad del día a día.
Por lo que se refiere al futuro, el desarrollo sostenible es el principal reto. Conseguir que el barrio siga creciendo, pero que a la vez ofrezca oportunidades para sus moradores de toda la vida y que no pierda esa esencia que lo hace tan especial.
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