Ahora el hombre acaba de enviar la máquina hasta donde Ray Bradbury, autor del extraordinario libro que inspira el título de este post, había enviado la imaginación, no tanto para hablar de Marte como del propio ser humano con una voz entre la poesía y la ciencia-ficción.
El Miraestels no se pronuncia sobre la llegada de la misión InSihgt al planeta rojo “para estudiar cómo es su interior y comprender mejor la historia del planeta”, según rezan las noticias.
https://elpais.com/elpais/2018/11/26/ciencia/1543244808_177222.html
Su alta misión es mantener abierta, contra viento y marea, la pregunta que desde que el mundo es mundo y el hombre es hombre, nos impulsa hacia delante: “¿Y qué más?”. Eterno interrogador, el Miraestels tiene la curiosidad del niño: la que nos hace crecer y ahondar en los misterios.
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