A esa pregunta que un Miraestels poeta podrá hacerse observando la noche barcelonesa desde las aguas del Port, otro Miraestels científico le respondería sin parpadear: “No lo dudes”.
En este enlace que tienes al pie se reproduce un fragmento de la aclamada serie ‘Cosmos’, donde se aborda tan trascendente asunto.

En efecto, no es una frase bonita, es una realidad. De esa materia estamos hechos. Carl Sagan, el gran divulgador de las honduras y los misterios del cosmos lo ha explicado estupendamente. De la combustión del hidrógeno y el helio primigenios, de esas cenizas, proceden los primeros elementos químicos pesados, y del baile combinatorio de éstos, la vida. Nada nos une más al universo –o a la Creación si preferimos el sinónomo– que saber que nuestros huesos y todo cuanto los recubre, están ahí y son como son por ser polvo de estrellas, el stardust que dicen los anglosajones y que tanto ha hecho soñar.
El Miraestels poeta y el Miraestels científico coinciden en la importancia que adquiere enseñar a los pequeños a observar la bóveda celeste mientras vamos viviendo aquí abajo, mecidos por el transcurrir de los trabajos y los días, aprendiendo, siempre aprendiendo como el Miraestels, a mantener el equilibrio en medio de los vientos, las olas y el constante ir y venir de las mareas de la vida.
0 comentarios